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Sí, talle 3, por favor



Resulta ser, que desde muy pequeña me encanta combinar y vestir como se me antoje.


Ultra trendy, anti-trendy, monocromatica, policromatica, mas apretada, más suelta, maquillada y sin maquillar, cambiar mi color y corte de cabello, en fin, como nos pasa a muchas, las etapas de la Vida nos van reflejando nuestros procesos de maduración hacia lo que vamos siendo.

Y es en este proceso donde mucho tiene que ver nuestro estado de ánimo. Claro, todos los días no estamos del mismo humor. Y ni hablar cuando asociamos nuestro autoestima al cuerpo.



Nacimos en la cultura de la no-aceptación a lo que la Naturaleza a través de nuestros Padres nos envió: Nuestro Físico.

Cuando venimos a trabajar como patrón la desvalorización, y hasta que lo reconocemos, siempre pero SIEMPRE hay algo para mejorar.


Empezamos por la panza y los rollos, seguimos por las caderas y las piernas, la celulitis y estrías, el push up para tener las tetas paradas, y en el medio no nos olvidemos de tener las uñas divinas, los brazos delgados, el cabello brillante, sedoso, sin frizz, y de paso, cuando todo eso está resuelto, para lucir el par de zapatos que nos compramos, no te olvides de hacerte los pies. Ah! Y casi me olvido de un detalle importante, cuando logramos llevar el cuerpo "como debería ser", nos recuerdan que la curva más importante de una mujer es la sonrisa... Entonces, urgente a arreglarnos los dientes, porque sino ¿a quién más dejo de agradarle?



Aunque suene exagerado, puedo asegurar que estas cosas ocurren. Y somos muchas las que empezamos a responsabilizarnos sobre dichas cuestiones.

Si, el desagrado es a mí. A no aceptarme, a no quererme, a no valorarme. A querer seguir siendo elegida por otros. A querer encajar, a buscar consenso. A olvidarme que valgo más que un par de tetas paradas, un culo sin celulitis y el talle de un jean. Elijo desdibujarme, a fomentar mis talentos y mis capacidades. Elijo la opinión ajena a la mía. Elijo relegarme a ser quien vine a ser...



Por eso, desde que tomo consciencia de que todos estos factores me afectan, pero por sobre todas las cosas me dañan y desencajan, comienzo a elegir el Camino transitado por mí y para mí.

En el que mis reglas son distintas, más flexibles. En el que mis ritmos biológicos comienzan a ser escuchados y respetados. En el que sí es importante cuidar el cuerpo pero no a costa de una balanza, o de seguir un modelo, sino porque es mi vehículo en el que TODA YO voy...


El trabajo interno es de todos los días. Afirmaciones, meditación, Reiki, lo que necesite - incluso si eso implica ser un mar de lágrimas-


Comienzo a conocerme y respetarme, cada vez y cada día.

Por eso, es que hoy elijo ser mi propia modelo, y eso me permite equivocarme si es necesario, y volver a empezar cuantas veces lo necesite. Hoy elijo amarme y trabajar por la Misión que me fue encomendada. Hoy elijo valorarme y volver a mí.

Hoy elijo sanarme y acompañarnos en este Camino de encuentro a Nosotras Mismas. Hoy elijo ser fiel a mi, instalarme en mí y compartir con ustedes todo este Aprendizaje.



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